Hace justo 50 años, el 25 de febrero de 1972, se publica «Pink Moon», el tercer álbum de estudio de Nick Drake. «Pink Moon» se convertiría en el último disco del cantautor y con el tiempo, en un álbum de culto. En el volumen VI de la Revieja repasamos el disco despedida del misterioso Nick Drake.
Tras «Bryter Layter» (1971), Nick Drake, no contento con el sonido de ese disco, busca distanciarse de él y decide no utilizar músicos de sesión para su siguiente disco. Solo su voz, su guitarra y un breve piano para interpretar algunas de las canciones más intimistas de su corta carrera.
El resultado llega con Pink Moon, un disco de menos de media hora compuesto en su totalidad por Drake. El joven músico introduce el disco con la canción homónima del disco. «Pink Moon» habla de un acontecimiento, una Luna Rosa de la que no se puede escapar. La letra enigmática nos introduce a un disco poético. En la siguiente canción “Place to Be”, Drake mira atrás en su vida con nostalgia. Se nutre de metáforas para demostrar la tristeza y soledad en contraste con un pasado más esperanzador.
En «Road«, Nick Drake se compara con alguien toma un camino más brillante, mientras él sigue su propio camino. El Sol, la Luna y las estrellas le sirven a Drake como símbolos. Él no toma la senda de las estrellas, que podrían simbolizar músicos exitosos. Nick Drake huía de la imagen de músico tradicional y apenas actuaba en directo. Además, sus discos tampoco tuvieron mucho éxito en vida. Drake rescata las estrellas para «Which Will«, donde se dirige a un interlocutor al que pregunta si le elegirá a él entre otros músicos.
El quinto tema “Horn” es un breve instrumental de guitarra acústica que da paso a “Things Behind The Sun”, una canción que vuelve a la imaginería del Sol para reflejar la soledad del compositor y los efectos que la depresión tiene en una persona. “And the people around your head/Who say everything’s been said/And the movement in your brain/Sends you out into the rain”.
“Know” es una canción corta y con solo cuatro versos ambiguos. Nick Drake, al igual que otros artistas como Elliott Smith, tienen en ocasiones letras de difícil comprensión o que dan lugar a distintos significados. Sin embargo, “Parasite” es una de las canciones más directas y duras del disco. En ella, Nick Drake se refiere a sí mismo como a un parásito que deambula desapercibido por la ciudad.
En “Free Ride” se continúa con el sentimiento de parásito. Drake se dirige a seres queridos a los que les pide ayuda. Le sigue “Harvest Breed”, en la que a través de la metáfora de la polinización, Drake canta sobre personas que encuentran pareja y otras que no y terminan quedándose solas.
Nick Drake se despide con “From the Morning”, una alabanza a la naturaleza esperanzadora. El cantautor decide cerrar el disco con un mensaje positivo a pesar de la pena de muchas de sus canciones. “Now we rise/And we are everywhere” reza el epitafio de Drake.
Desgraciadamente, Drake falleció dos años más tarde sin haber publicado nada más. Tras el relativo fracaso de ventas que fue Pink Moon, el sueño de Nick Drake de dedicarse a la música se veía cada vez más lejos. Su depresión empeoró y estaba altamente medicado, lo que le llevó a una sobredosis de antidepresivos que acabó con su vida.
Décadas después, la música de Nick Drake se escucha en todo el mundo. Su influencia en artistas como The Cure (que obtuvieron su nombre de “Time Has Told Me”) y Sufjan Stevens es evidente. Pink Moon es para muchos un clásico de la música folk. Nick Drake fue un adelantado a su época, un incomprendido que consiguió que un disco de hace 50 años suene tan actual como el día de su lanzamiento.