Olivia Rodrigo estrenó este mes su primer disco «Sour» (2021) dedicado casi en su totalidad al primer desamor. Un tema que se siente más reciente si todavía no has cumplido la mayoría de edad. El público adolescente consume mucha música y son targets habituales para el consumidor, pero también ha sido utilizado en ocasiones como «devaluador» musical. En este post exploraremos los mayores exponentes de la canción adolescente y de si son tan vacíos como los críticos dicen.
Los orígenes: del «under» al mainstream
Los noventa fueron un momento de inflexión entre la música mainstream y el underground. A comienzos de la década, Nirvana se convirtió en uno de los grupos más famosos del planeta con una actitud y una música diferentes a lo que había llegado anteriormente a las listas de ventas. De repente, la búsqueda de autenticidad junto a un deseo de identificarse con las letras de las canciones, algo que el grupo de Kurt Cobain consiguió, eran dos puntos que les diferenciaban del resto.
Además, los sentimientos «negativos» como la angustia o la soledad no se escondían, sino que se potenciaban. Por lo tanto, no es de extrañar que el público adolescente se pudiera sentir identificado con esa música más confesional. Tras «Smells Like Teen Spirit», muchos artistas copiaron su estilo en búsqueda del éxito.
Por supuesto, la estela de Nirvana continuó años después. Y qué mejor paradigma de la experiencia adolescente que chicas adolescentes. A finales de la década, la canadiense Avril Lavigne fue detectada por una agencia de talentos, que vio potencial en ella para convertirse en una cantante de punk rock. Sin embargo, no fue hasta que se enfocó su estilo hacia un pop punk que convenció a los productores de su álbum debut «Let Go» (2002). En pocos meses, Lavigne se convirtió en una estrella y su primer disco está considerado uno de los artífices de que el pop punk llegase a la escena mainstream.
¿Pero por qué triunfó la propuesta de Lavigne? Primero: ella tenía un aspecto marcado y diferente. Avril era la chica skater que no tenía reparos en decir cómo se sentía. El primer sencillo, «Complicated» y el cuarto «Losing Grip» son canciones de desamor directas y pegadizas. «I’m with You» y «Sk8er Boi», otros dos singles cambian un poco de sintonía, pero la primera también hace énfasis en la soledad, en la necesidad de encontrar a alguien que te entienda; la segunda una curiosa canción de amor. Con todo, no es sorpresa que gran parte del público de Avril fueran chicas adolescentes.
El «problema» Disney
Poco tiempo después del despunte de Avril Lavigne, Disney Channel se hizo un gran hueco en la industria del entretenimiento dirigida a niños y adolescentes, un hito que ya había comenzado con cantantes como Britney Spears. Hilary Duff saltó a la fama con la serie «Lizzie McGuire» con solo 14 años. Al año siguiente, ya había sacado su primer disco, un álbum navideño. Pero es con «Metamorphosis» (2003) con el que se presenta como una figura algo más independiente a su imagen de chica Disney. El mismo equipo de productores que trabajó en «Let Go» de Lavigne participaron también en este disco.
Miley Cyrus, Demi Lovato y Selena Gomez fueron otras actrices que también emprendieron una carrera musical. Unas más que otras tenían un «problema»: la estela de los personajes que interpretaban. Al final del día, para mucha gente Hilary era Lizzie y Miley, Hannah. Deshacerse de la imagen que lleva a la fama no es sencillo y es un proceso que suele llevar años y cambios en la imagen y música para distanciarse del recuerdo infantil e inocente en favor de uno maduro e independiente.
Oh My Lorde & la sinceridad de Billie
Durante años, la música adolescente estuvo fuertemente ligada a Disney Channel y a su competidora Nickelodeon, que introdujo a Ariana Grande. Más allá de grandes empresas de entretenimiento, no parecía que hubiese hueco para más estrellas teen.
Sin embargo, en 2013 la neozelandesa Ella Yelich, conocida como Lorde, salta al mundo pop con «Royals«. Esta canción, oscura y minimalista, abrió un camino hacia un pop más intimista, del que salieron imitadores con menos acierto que más. ¿Os recuerda a alguien de quién hablamos arriba…?
Entre la mediocridad y la copia, surgió Billie Eilish. Acompañada de su hermano Finneas, comenzó a componer. «Ocean Eyes«, una canción de amor claramente inspirada en Lana del Rey fue su primer éxito. Pero rápidamente, el estilo de Eilish cambió hacia un pop mucho más oscuro, con letras que hablan de la depresión y la ansiedad en «When We All Fall Asleep, Where Do We Go?«
Olivia Rodrigo, la nueva sensación pop adolescente
En 2021, Billie Eilish sigue siendo una jovenzuela que cumplirá 20 años dentro de unos meses. Pero la industria no para: siempre anda a la búsqueda de nuevos talentos. A comienzos de año, un tema llega a triunfar en las listas de reproducción. «drivers license«, una canción de desamor interpretada por Olivia Rodrigo, una actriz de Disney Channel que había aparecido en la serie «Bizaardvark«, en la que ya cantaba y tocaba la guitarra. Todavía siendo protagonista de la serie de High School Musical, preparaba la salida de su álbum debut.
«drivers license» ha sido la canción más viral de 2021 por ahora y ya es una de las más exitosas de este año. Olivia cumplió los 18 años unos días después. «Sour» su primer esfuerzo de gran formato, salió el 21 de mayo. No se puede saber con certeza el grado de implicación en la composición de las canciones; pero parece que es superior que el de otras estrellas Disney.
La mayoría de las canciones del disco debut hablan de un amor pasado, pero hay algo que llama la atención. Tras la tristeza, la soledad, el sentirse fuera de lugar; Olivia Rodrigo transporta esas emociones a «hope ur ok«, dirigida a personas ajenas que lo han pasado mal creciendo porque sus familias no les han aceptado como son. Olivia desea que ahora, en el presente que canta, estén bien. No es difícil saber que esas personas anónimas pueden ser cualquier adolescente perdido y solitario que escuche el nuevo disco de moda y se encuentre con este peculiar y profundo final.
