La típica tarde de domingo raro. Noviembre. La Sala el Sol congregó este pasado día del señor a muchos de los fieles que profesamos las palabra de nuestro querido Marcelo Criminal.
Previo a dicho sermón, opening de Laura Katze. Una nueva promesa que mezcla pop, teclados y spoken word a y a la que deseamos seguir la pista más a menudo. Hubo además cierre bastante a coro de su conci con Un Ritual, single que tenemos bastante rodado post concierto en nuestro Spotify.
Apenas con 10 minutos entre Laura y Marcelo, aparece en la pantalla de la Sala Sol un visual que mezcla jackpot, directos en streaming y letras que son dignas del Word Art y que formarán parte de esa hora y 9 minutos que el Windows Media Player o similar en versión manzana mantuvieron a la vista de los que asistimos.
Una guitarra, un ordenador y un setlist más que completo fueron los elementos con los que Marcelo Criminal comenzó su Homilía sin descanso. Ataviado con una malla de cota a ganchillo mood Feria medieval y su camiseta mood pueblos del mar que podía leerse «País Murciano», no dejamos de vivir como todos cual secta satánica fuimos atravesando el paisaje sonoro con el cual Marcelo más allá de traer su último trabajo «La Última Casa de Apuestas» recordó y ofreció hits de anteriores trabajos como «First Dates» (y un fan que encontró al parecer el amor en dicho programa) «Borracho y Loco» , «Perdona (ahora sí que sí)», entre otros.
Distraídas cual niño con TDAH sin medicar, los visuales continuaban variando con feed de TikTok incluido, cambios de texto en una tipografía similar al Comic Sans o videos de terapia online para dummies, fuimos todos mucho más que una pesadilla de Karl Marx y pudimos pedir parte del setlist con ese «Saber y Ganar», que acabó con alguien del público gritando «BARRAS»; o ese «Dentro y en Contra»que evidente no podía dejarse fuera del setlist. Luces azules, silencio sepulcral. Y obvio, ese homenaje a una de las mejores aguas minerales que pueden existir dio fin a la hora y diez minutos de concierto después del hidalgo de H2O que Marcelo hizo como cierre final de misa.
