Trepàt paeó por la Sala Sol el pasado viernes para continuar expandiendo su mensaje de “El amor está en la Tierra”, sin duda, uno de los más sobresalientes trabajos de los últimos años. Este concierto no sólo se presentaba especial por la gran extensión de meses que no pisaban un escenario madrileño, sino porque venían preparados con un espectáculo de luces de lo más característico. Un show oscuro, con tinieblas y rachas de luz. Un show visual que define a la perfección las cualidades de su sonoridad.
Temas como “Caballo”, “Onix” o “Martirio” fueron versionándose y completando minutos de un set list que finalizó con sabor a breve y escueto. La hora de concierto cerró con sus más coreados hits como “El amor está en la tierra”, “Torturas en los bares”, “Crack” y “Retrofestiva”.
Durante el tiempo de juego vimos coros desafinados, sobre todo por parte de Miriam, y voces descafeinadas por momentos de Juan Luis, lo que redujeron la calidad de un show que aun así se mantuvo en muy altas esferas.
Con ganas de mirar hacia delante plantaron cara a los temas que ya forman parte del pasado para revestirlos mucho más electrónicos y versionarlos hasta el punto de desconocer temas como “El amor está en la tiera”.
Tal vez no mostraron la mejor versión de sus temas, pero si una versión muy apta para el show organizado, donde desprendieron personalidad y una luminosa oscuridad. Toda esta combinación, tan difícil de encontrar en la actual escena, recibió un baño de una excelente interpretación por parte de Juan Luis que empujó a la transmisión de los sentimientos surgidos por las canciones hasta la comunión con el éxtasis.